Desde su terraza, Samuel observa el trajín cotidiano como quien está de vuelta sin haber llegado a nada. Él es una persona que no se compromete con nada ni con nadie. Una madrugada, alguien anuncia por teléfono que Clara ha muerto en un accidente. Aunque Samuel no conoce ninguna Clara, decide asistir el funeral, empujado por una mezcla de curiosidad y aburrimiento. Fascinado por la posibilidad de suplantar a la persona con la que lo confunden,...